Las acciones que componen la primera fase de esta actuación ha permitido abarcar un área de 3.250 m2
Tal y como se anunció por la corporación provincial en el año 2017, se ha acometido la limpieza arqueológica de la villa romana de La Cocosa, con una inversión total de 67.500 euros.
Con estos trabajos, la Diputación de Badajoz, a través del Área de Desarrollo Sostenible de la Diputación de Badajoz, cumple su compromiso de recuperar este importante yacimiento situado en la finca propiedad de la administración provincial.
De esta forma, el Área de Desarrollo Sostenible da un paso más en la consolidación del Centro de Capacitación en Sostenibilidad y Educación Ambiental de la Cocosa, CCSEA la Cocosa, “devolviendo a la vida” la villa romana para convertirla en un inmejorable recurso didáctico del CCSEA.
La villa permitirá comprender, a los cientos de visitantes de la finca, las relaciones hombre-medio que desde hace al menos 2.000 años en Extremadura han configurado la evolución de la dehesa extremeña, como espacio productivo y también como espacio de biodiversidad de la Finca la Cocosa.
La limpieza arqueológica, que forma parte de un plan de actuación de varias anualidades, ha finalizado la semana pasada y ha consistido en un programa de trabajo para las actuaciones de limpieza de la villa romana, conformado por distintas acciones.
Como comentaba Francisco Farrona Navas, diputado delegado de Desarrollo Sostenible, “se están consiguiendo los objetivos marcados en la legislatura de establecer una nueva etapa en la finca, para que la misma sea más abierta al público para promover la capacitación en sostenibilidad y la educación ambiental a través del CCSEA la Cocosa”.
La limpieza arqueológica de la Villa romana de La Cocosa, promovida por el Área de Desarrollo Sostenible, se ha realizado entre abril y mayo de este año, dando así por finalizada la primera fase de los trabajos que continuarán realizándose en dicho yacimiento.
Esta limpieza arqueológica ha sido dirigida por el arqueólogo Fernando Sánchez Hidalgo, interviniéndose en un área de 3.250 m2 en la cual, con el transcurso de los trabajos, vuelven a ver la luz las distintas áreas de la villa, como la explotación agropecuaria de época romana.
Cabe recordar que la villa fue excavada en los años 40 del siglo XX siendo responsable en aquel entonces el arqueólogo Esteban Rodríguez Amaya y estando promovida por la Dirección de los Servicios Culturales de la Excma. Diputación Provincial de Badajoz, correspondiendo al director arqueológico reinterpretar los informes de la excavación inicial.
Los trabajos de limpieza se han realizado en coordinación y colaboración con la Junta de Extremadura a través de la Dirección General de Patrimonio.
Contextualización histórica realizada por Fernando Sánchez Hidalgo
Las edificaciones principales de la villa romana de La Cocosa van a tener una ocupación continuada - con un uso principalmente residencial- durante los siglos I y IV d.C., momento a partir del cual se suceden las reformas, transformándose sustancialmente el sitio y pasando a tener un uso más rústico y menos señorial. Ya en época tardoantigua, entre los siglos VI y VIII d.C, se edifican mausoleos ocupando los mismos espacios e incluso, a unos 200 metros de la villa, se erige una iglesia de culto cristiano que cuenta con baptisterio e instalaciones anejas.
La fundación de la villa hay que situarla, a tenor de los hallazgos materiales -sobre todo cerámicos (terra sigillata hispánica, paredes finas emeritenses, lucernas de volutas)-, hacia mediados/finales del siglo I d.C., momento en el cual se construye una residencia articulada en torno a un gran patio columnado o peristilo y a su alrededor se encuentran las habitaciones principales (triclinium o comedor, tablinum, o despacho del dominus, cubicula o dormitorios).
Se desconoce la ubicación de la entrada principal, del atrio, así como la distribución original de la villa. La única sala reconocible es el posible triclinium, una gran estancia en el ala nororiental del peristylium, que tenía un pavimento de mosaico bícromo con motivos venatorios (perdiz, cérvido joven y oso entre otros), típicos de la sala que se usaba como comedor.
Durante el siglo III se producen reformas, hecho que se constata fundamentalmente con la edificación de las instalaciones termales en el ala este del complejo. Será esta una de las partes más significativas de la villa, unas termas de carácter privado o balneum, que contaban con una gran piscina (natatio) de agua fría, una sala templada pavimentada con el famoso mosaico del tritón, rodeado de animales marinos -actualmente en la sede de la Diputación de Badajoz- y una amplia habitación calefactada (caldarium) -por el sistema romano de hipocausto- que tenía varios apartados por ambos lados, donde se situaban diversas bañeras y las salas de sudoración (sudatio o laconicum).
Ya a partir del siglo V d.C, la planta de la villa sufre las transformaciones más radicales, con la modificación de los espacios, que se ensanchan en algunos casos al derribarse algunos muros y unirse habitaciones, u otras veces al adosarse nuevas edificaciones. Esta aparente ruralización se documenta perfectamente con la presencia de hornos, cocinas, bodegas, almacenes, etc., en espacios que anteriormente eran residenciales, así como micro espacialmente con el hallazgo de grandes contenedores de almacén y cocina en zonas destinadas a otros usos en las fases anteriores.
Entre los siglos VI y VIII d.C., se construyen dos mausoleos en el lugar, se desconoce si conviviendo con algunas edificaciones anteriores, o incluso aprovechando ciertas partes de los inmuebles. Pero, con el paso del tiempo, destaca la actividad edilicia en torno al mausoleo principal, que sufre una importante ampliación, al erigirse dos ábsides contrapuestos, en los extremos norte y sur de la nave principal, a la que se añade un pasillo, hacia el tercio N, que cuenta con un absidiolo en su extremo oriental.
Con la misma fábrica que los paramentos de dicho edificio se localiza a escasos metros al sur, un lagar posiblemente de aceite. Su cronología es incierta, ya que de ser la pars fructuaria o zona de procesamiento de los productos que explotaba el propietario de la villa durante sus primeras etapas, se encontraría demasiado próxima a zona residencial. También podría haber funcionado en alguna de las etapas más tardías del yacimiento, conviviendo con otras estructuras de las anteriormente descritas. La vida del yacimiento no se prolonga, en lo que ha podido investigar, más allá del siglo VIII d.C., ni siquiera se localizan por el momento destrucciones del período andalusí, ni mucho menos ocupación del solar en esa época.
En palabras del arqueólogo, Fernando Sánchez Hidalgo, “la actual intervención nos ha permitido poner al día el estado actual de los restos que se conservan en el yacimiento, de cara a poder investigarlos apropiadamente, así como valorar las diferentes posibilidades que faciliten su conservación y puesta en valor”.
El futuro de la Villa romana y Basílica de la Cocosa
Según Alejandro Peña Paredes, coordinador del Área de Desarrollo Sostenible y responsable técnico en Diputación del plan de trabajos en la villa romana, “ahora los esfuerzos deben ir enfocados en la creación de un ambicioso Plan Director para el yacimiento de la Cocosa, que permita una mejor interpretación de las estructuras, una lectura más científica de sus fases y de sus vestigios muebles, así como la ejecución de los correspondientes proyectos de excavación y restauración, tanto en la propia villa romana como en su entorno inmediato”.
Finalmente, y no menos importante, Alejandro Peña resalta que “se debe lograr que el yacimiento de la villa romana y basílica de La Cocosa sea plenamente visitable, por medio de distintas actuaciones como la adecuación de caminos, zona de aparcamientos, itinerarios accesibles entre los restos, cartelería y puesta en valor, en general, de este importante lugar”.