Yacimiento arqueológico de la villa de La Cocosa.
La Delegación de Desarrollo Sostenible de la Excma. Diputación Provincial de Badajoz está trabajando distintas líneas de actuación en el desarrollo del Centro de Capacitación en Sostenibilidad y Educación Ambiental de la Cocosa con el objetivo de relacionar ecología, formación, desarrollo y sociedad.
La finca “La Cocosa”, propiedad de esta Diputación, se entiende como un sistema ecológico y armónico entre el hombre y la naturaleza. Este espacio se entiende como un verdadero ecosistema autosostenible.
Particularmente, la villa romana de “La Cocosa” se ubica al S del T.M. de Badajoz, en un contexto de penillanura dominado por la una sucesión de arroyos del río Guadiana, en un paisaje dominado por la dehesa y los campos de labor, en los que se alterna el cultivo de secano y el regadío.
Se asienta en una zona de alta densidad arqueológica y ha sido excavada en los años 40 del siglo XX. Quiere ser rescatada para la completa comprensión por parte de los visitantes de las relaciones hombre-medio que, desde hace al menos 2.000 años en Extremadura, vienen derivando en la configuración y evolución de la dehesa como espacio ecológico, y que tienen en la interpretación de la villa romana un inmejorable recurso didáctico.
De forma particular, la villa romana de la Cocosa se excavó en 1945 y años siguientes por iniciativa de la Dirección de los Servicios Culturales de la Excma. Diputación Provincial de Badajoz. Los trabajos fueron dirigidos por D. Esteban Rodríguez Amaya, y fueron publicados en 1952 por Serra y Ráfols. A grandes rasgos, lo exhumado corresponde a una villa romana integrada por las clásicas pars rustica y pars urbana, junto con los restos de una basílica.
En la zona sur, destacan los espacios de almacén y otras estancias destinadas a la transformación agrícola y a la producción de aceite. Esta faceta productiva de La Cocosa, entendida desde el planteamiento de unidad de producción agropecuaria de las villas romanas, ha sido reivindicada como hito esencial para el conocimiento de la realidad económica de Extremadura en la Antigüedad.
En cuanto a su carácter residencial-doméstico, el núcleo de la villa se configura a partir de un gran patio porticado o peristilo, rodeado de una serie de estancias menores o cubicula, que inicialmente tendrían un carácter residencial, para transformarse –con el paso de los siglos- en espacios destinados a tareas domésticas de tipo rústico, como cocinas, horno, almacenes, etc. Las dependencias más distinguidas, alguna dotada de pavimento musivo, entre las que destacan el posible comedor o triclinium (oecus según Ráfols), tenían bastante mayor superficie que el resto.
Mausoleo monumental tardoantiguo erigido sobre edificaciones anteriores de la villa de La Cocosa.
Por otro lado, dentro de la zona residencial pero más al E, se hallan los espacios destinados al balneum. Se trata de unas termas integradas en el propio complejo urbano del dominus, que presentan un esquema arquitectónico habitual, con sus distintos espacios dispuestos para conformar un recorrido clásico lineal y retrógrado. De esta forma, del apodyterium o vestuario, se pasaría a la estancia con piscinas frías o frigidarium, en cuya sala principal se halló el mosaico de Tritón. A continuación nos encontramos con las salas dotadas de sistema hipocaústico, esto es, tepidarium y caldarium, en este orden. El complejo sería abastecido de agua por un acueducto del que se pudo reconocer una parte de los basamentos de su estructura.
Piscinas para agua fría en la zona del frigidarium de las termas de la villa de La Cocosa.
Finalmente, a poco más de 200 m al SE, se halla la basílica que ha sido ocasionalmente identificada como un martyrium, especialmente por Serra y Ráfols , afirmación que es puesta en duda ya que la tipología de los restos conservados no se consideran argumento válido para sostener esta propuesta . No obstante, su uso se viene fechando entre los siglos IV y VI. En todo caso, estamos ante una basílica cuadrilobulada con baptisterio y enterramientos.
Desde un punto de vista genérico, la villa romana de La Cocosa se asienta en una zona de alta densidad arqueológica. En este sentido, la gran extensión del T.M. de Badajoz y la abundancia de suelos fértiles y otros recursos naturales en él hacen que la presencia del ser humano en el territorio sea muy antigua y continuada. Así lo refleja su abultado registro arqueológico, que arranca desde el Paleolítico Inferior. Dentro de la Prehistoria, es durante el Calcolítico cuando podemos destacar un nutrido grupo de ocupaciones y otras evidencias arqueológicas entre las que sobresalen varios monumentos megalíticos, algunos excelentemente bien conservados como los de “El Revellao”.
A la distribución espacial de estos monumentos hay que sumar la de una larga serie de ocupaciones, tanto en llano como en altura, entre las que cabe señalar la de “El Lobo”, prácticamente integrada en el casco urbano de Badajoz.
No obstante, el enclave que destaca por su dominancia sobre toda esta parte de las Vegas Bajas del Guadiana es el Cerro de la Muela, dentro de la propia ciudad. Aparece ocupado ya en época calcolítica, pero las estratigrafías indican la presencia humana en él desde el Bronce Final, prácticamente sin solución de continuidad desde mediados del siglo VII a. C hasta la romanización y época medieval, destacando como un importante asentamiento en las Vegas del Guadiana.
Por su parte, la época romana tiene su principal exponente en la villa de La Cocosa, y en línea con esta afirmación, este ejemplo ha sido propuesto como un buen modelo para abordar los estudios territoriales romanos.
La Tardoantigüedad tendría igualmente su representación en una serie de elementos arquitectónicos, como ornamentos visigodos y otras piezas de raíz constructiva de la misma época, dispersos por la Alcazaba de Badajoz y alrededores. En resumen, todos estos elementos apuntan a los antecedentes visigodos del Badajoz actual, y que derivarían a la presencia de población mozárabe hasta época almorávide o almohade.
Pero será durante la fase andalusí cuando Badajoz adquiera el carácter de ciudad, a partir de la fundación en 875 por Ibn Marwan de una auténtica medina, Batalyaws, capital del reino aftasí, de la que la muestra más visible es la espectacular Alcazaba que se levanta sobre el Cerro de la Muela. En los últimos años la arqueología ha permitido conocer más detalles de las condiciones de vida de los habitantes de esta importante medina, en la que existió una gran población fuera de la Alcazaba. No obstante, la expansión de la ciudad se vio frenada y se apunta a un gran abandono a partir de finales del siglo XI, propiciado tras los convulsos acontecimientos de 1095, cuando el último rey aftasí es decapitado tras la toma de la ciudad por los almorávides y Badajoz quedaría reducido a un mero enclave militar.
En 1230, la ciudad de Badajoz fue ocupada por Alfonso IX, iniciándose así la dominación cristiana, protagonizada por las luchas bajomedievales y las guerras con Portugal.
La Delegación de Desarrollo Sostenible de la Diputación de Badajoz comprometida con la formación y difusión en materia de sostenibilidad, considera prioritaria la actuación sobre dicho conjunto arqueológico, y para ello, ha desarrollado un plan de actuación arqueológica, integrado por varias fases de trabajo.
Una primera fase consistente en el desarrollo, durante 2017, de un PROGRAMA DE TRABAJO PARA LAS ACTUACIONES DE LIMPIEZA DE LA VILLA ROMANA que se compone de una serie de actuaciones:
Actuaciones de limpieza superficial con metodología arqueológica de la Villa Romana.
Los trabajos de limpieza se han realizado en coordinación y colaboración con la Junta de Extremadura, a través de la Dirección General de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural. De esta forma, el Área de Desarrollo Sostenible de Diputación da un paso más en la consolidación del Centro de Capacitación en Sostenibilidad y Educación Ambiental de la Cocosa, CCSEA la Cocosa, “devolviendo a la vida” la Villa romana de la Cocosa para convertirla en un inmejorable recurso didáctico del CCSEA.